Friday, April 13, 2007

Diferencias Irreconciliables o Nosotros los Pobres
Un buen día en La Habana me encontré hablando en inglés con Orlando (un amigo cubano) acerca de las peculiaridades del idioma español y pasamos horas analizando las diferencias.
Mientras él me sugería que no pidiera "bollos" en la panadería y me explicaba en inglés lo que era una "pizarra" (a switchboard - un conmutador para nosotros) un pitusa (pantalón de mezclilla) y me explicaba señas divertidas del lenguaje corporal cubano, yo le contaba cómo mucha gente de mi generación en el DF reacciona rápidamente cuando alguien dice "Está temblando". Bueno, aunque como anoche pude ver, hay algunas excepciones.
Vivo en la Narvarte, colonia desplazada por la del Valle y luego por Las Lomas, que tuvo su época de brillo y esplendor; lugar medio gay-friendly en cuyos supermercados que cobran en dólares se ve de todo: desde señoras mamonas con camionetota y empleada de uniforme hasta gente que vive hacinada en cuartuchos de azotea y profes de universidad como uno; es decir, un lugar con hartas diferencias.
Pero ¿quién iba a pensar que tales diferencias calarían tan hondo en la psicología de "lo bien" y lo que no se hace?
Anoche, cuando a las 12:42 empezó a temblar, yo brinqué de la cama, desperté al Nene y corrimos hacia afuera del edificio. Como me tocó enterarme de tantos casos en el 85 de gente que quedó prensada entre piso y techo a un instante de la puerta siempre soy el primero en salir y tratar de buscar un lugar abierto, o al menos un lugar seguro.
Todos ustedes saben a estas alturas que afortunadamente no pasó nada grave. Tan solo unos apagones y casos de histeria. Pero anoche, fijado como soy, nunca pude ver a mis vecinas de camionetota y peinado de salón fuera de sus depas esperando que la tierra se calmara. En la escena faltaba la ñora de peinado sietepisos que pasea a su perro pura-raza todas las noches y todas las mañanas. Faltaba la "gente bonita" y solo estábamos los plebeyos.
Lo cual me induce a pensar que tal vez la Guadalupe Loaeza ya escribió otro libro titulado "Las Niñas Bien y Las Emergencias" y me lo perdí...
En fín, pasado el susto me voy a la Gandhi en busca de dicho libro.
Saludines
Angelín

5 comments:

El Homo Rodans said...

jajajaja no sabe como me reí con el intitulado libro de la Loaiza, es una cosa super interesante, esa enajenación de las personalidad, algunos colegas dirían la neurosis, el acartonamiento de los afectos y el pensamiento, que antepone la imágen inflada de sí mismo al peligro y a cualquier cosa que amenaze la autoimagen. fascinante!! no dejo de sonreír. un abrazo tembloroso!!

翼のおれたエンジェル said...

Gracias, HomoR
Creo que esto tiene mucho que ver con el relato que posteaste en tu blog. La "clase media" en México también se humilla y se hace menos y quieren ser gringos o europeos en su afán de blanquearse en sus comportamientos. Es bien triste ver cómo las niñitas con genes locales quieren ser Paris Hilton o Britney Spears, en lugar de aceptarse y gozarse tal cual son.

Un abrazo y a ver si cuentas como te fue de temblor.
Angelín

Sil said...

Jejeje, qué oso salir corriendo de tu casa a mitad de la noche sin estar presentable sólo porque esta temblando, o sea.
Yo ni me enteré del temblor, estaba bien dormida.

Oh, sí, las diferencias en los dialectos del español o como se llamen. Recuerdo cómo se ponían incómodos los cubanos cuando decíamos "papaya".

Saludos.

翼のおれたエンジェル said...

Estimadísima Sil
Claro, porque en Cuba uno dice "frutabomba".
Casualmente, antes del temblor, le comentaba a mi grupo de japonés que debíamos hacer un simulacro por si temblaba durante la clase.

Es increíble que siempre hay cualquier cantidad de obstáculos junto a las puertas.

Un abrazo y que bueno verte por acá.
Angelín

Gurú Bear said...

aww yo quiero el libro